domingo

Todos los genios creativos viven una doble vida.
Una era la persona viva que durante el día, laboraba para crear obras de arte a pesar de todas las dificultades de la vida cotidiana.
La otra era yo "fantasma", que se levantaba en la noche (¡mientras la persona viva miraba con recelo!) a vagar por la salvaje y exaltada extensión del más allá en busca de la visiones escenciales para la vida creativa del artista. Al despertar la persona viva, apenas capaz de encontrar palabras para expresar estas aventuras experimentadas fuera del tiempo y el espacio, trabajaría todo el día para vestirlas con el lenguaje de la realidad cotidiana.
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Durante sus vidas, todas las grandes mentes crean dos cuerpos de trabajo: su trabajo como seres vivientes y su trabajo como fantasmas en la noche. En el trabajo viviente producen el mundo terrestre vivo; en el trabajo fantasmal derraman ese otro mundo celestial.
El vivo le habla a su siglo en el lenguaje que este entiende, trabaja con lo posible, afirma lo visible, efectúa lo real, ilumina el día, justifica, demuestra, prueba. Empeñados en teste trabajo, luchan sudan, sangran; mientras está en este martirio el genio debe tener paciencia con la imbecilidad; una llama debe tener paciencia con la sombra; el elegido debe tener paciencia con la multitud, y morir, como Cristo, para la dote del mundo, entre los ladrones, vilmente despreciado y usando una pesada corona de espinas que un asno pudo rozar con su frente.
Mientras el ser viviente crea este primer trabajo, el fantasma pensativo, en la noche, en el silencio del universo, despierta dentro el ser humano viviente. ¡Oh terror!

¡Despierta! Ven a realizar tu otro trabajo. Ven a mirar lo que no se puede mirar, ven a contemplar lo invisible, ven a encontrar lo que no puede encontrarse, ven a saltar lo que no es saltable, ven a justificar lo que no se puede justificar, ven a hacer que se manifieste lo irreal, ven a demostrar lo que no puede demostrase.
Tú has sido día; ven a ser noche; ven a ser sombra; ven a ser obscuridad; ven a ser lo desconocido; ven a ser lo imposible; ven a ser el misterio; ven a ser el infinito.
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“Conversaciones con la eternidad”: Víctor Hugo